miércoles, 4 de junio de 2014

Trabajar a diario.

Para muchos de nuestros alumnos, incluidos los catalogados como "buenos estudiantes", estudiar matemáticas en casa consiste en hacer la tarea que manda el profesor.

Pero casi todos los alumnos que hacen la tarea lo hacen por obligación, "porque me lo manda el profe y si no lo hago me pone un negativo..."Son pocos los alumnos que hacen la tarea por necesidad, "si no hago la tarea no me entero de lo que hemos trabajado en clase y no aprendo..."

Bien es cierto que, para que los alumnos puedan hacer la tarea cada tarde, los profesores debemos ser comedidos a la hora de poner ejercicios. Es mejor que hagan 3 o 4 ejercicios fijándose bien en lo que hacen, a que tengan que resolver 10 o 12, o hasta una hoja entera de ejercicios... y lo hagan de cualquier manera con tal de terminar pronto, o se lo  copien de un compañero para evitar la reprimenda del profesor.

¿Cómo debo hacer la tarea?

Antes de empezar a resolver los ejercicios, debe leer los apartados de teoría trabajados en clase para recordar las ideas principales. A veces, solo necesitará un repaso muy ligero, pero, si no ha entendido bien la explicación del profesor, el repaso debe ser más profundo.

A continuación, ya puede resolver los ejercicios.

El profesor pone la tarea para el conjunto de la clase, pero cada alumno puede adaptar los ejercicios a su nivel de conocimientos. 
Si un alumno tiene dificultades en ese tema y comprende que los ejercicios propuestos son muy complicados para él, tal vez deba empezar por hacer ejercicios más sencillos; en cambio, si el alumno comprende que los ejercicios propuestos por el profesor son muy fáciles para él, debería hacer algún otro de mayor dificultad.

En cualquier caso, el alumno intentará hacer el trabajo solo. Si algún ejercicio no se sabe resolver o se resuelve de forma incorrecta, puede revisar los ejercicios corregidos en clase o los ejemplos resueltos que suelen venir en el libro de texto. Incluso puede pedir ayuda a algún compañero o familiar que tenga conocimientos en el tema.

Actualmente, el alumno dispone de muchos medios para resolver sus dudas en casa. En internet hay mucho material disponible, páginas web con teoría y ejercicios resueltos, tutoriales en vídeo muy interesantes, blogs como éste donde intentamos ayudar a los alumnos... Lo importante es buscar la forma de resolver nuestras dudas y no quedarnos parados, esperando que nos las resuelvan los demás.

Recordemos que el alumno debe aprender de forma progresiva, adquiriendo buena base para el futuro, por eso es fundamental que no avance hasta que haya comprendido bien lo que está haciendo.

Si ve que su nivel no es muy alto, debe dedicar bastante tiempo a resolver ejercicios sencillos. Ya tendrá tiempo de aumentar el grado de dificultad cuando haya asimilado bien los contenidos.




"¿Y si el profesor no nos ha puesto tarea...?"

Hay profesores que tenemos la costumbre de poner tarea todos los días, sobre todo en primaria y secundaria, aunque progresivamente vamos dejando de ponerla en los últimos cursos de secundaria y en bachillerato para que el alumno se vaya acostumbrando a ser autónomo y aprenda a organizar sus estudios.

El alumno que no ha comprendido la importancia que tiene trabajar a diario esta materia, cuando su profesor no pone tarea pensará que no tiene nada que hacer, y eso hará, "nada".

En cambio, el alumno que siente la necesidad de trabajar a diario buscará tareas para hacer, repasará lo que se visto en clase, resolverá ejercicios similares... y, si tiene dudas, aprovechará la clase siguiente para preguntárselas al profesor y podrá así avanzar.

Ese es el objetivo que buscamos conseguir, que el alumno aprenda a organizarse y sea autónomo.

No hay que desesperarse...

Los alumnos suelen tener la impresión de que, si al final no han salido los ejercicios, han perdido el tiempo, pero no es así. 

Todo ese trabajo personal y diario es muy importante porque habremos dedicado tiempo a pensar, habremos razonado, sabremos dónde han surgido las dificultades y, cuando se corrijan los ejercicios en clase, entenderemos por qué no nos salieron bien y cómo deberíamos haberlos resuelto correctamente.

Para aprender hay que practicar y practicar, y a veces hay que equivocarse. Lo importante es comprender la forma de resolver cada ejercicio, y no repetir y repetir su resolución hasta memorizarlo, porque es poco probable que tengamos que volver a resolver el mismo ejercicio aunque, seguramente, sí que tengamos que resolver otros parecidos.

Recuerda: Siempre que estás trabajando, estás aprendiendo, aunque a veces te cueste creerlo.




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